lunes, 26 de septiembre de 2016

El contradiario 26-09-2016

ELECCIONES EN GALICIA Y PAÍS VASCO:

Noticia unánime en todos los medios de comunicación: Elecciones en Galicia y País vasco: Los resultados respaldan a Rajoy (PP) y ponen a Sánchez (PSOE) contra las cuerdas.

En Galicia el PP consigue repetir resultados: 41 escaños en 2016, igual que en 2012. Mayoría absoluta clara en escaños, no así en votos.  Antes tuvo la competencia de UPyD, ahora la de C's. Gana 15.000 votos. El PP gana votos y escaños respecto de las generales, sí, pero no es muy correcta la comparación. La gente no tiene los mismos criterios de voto en ambos casos.

En Euskadi: 9 escaños, pierde uno. 20.000 votos menos. Está sobre-representado.

En total: Pierde 1 diputado y 5.000 votos. Enorme éxito.

En Galicia, en las últimas elecciones, tanto locales, como generales ya se sabía que En Marea gana al PSOE gallego.  ¿Alguien podía pensar que la situación iba a cambiar? Eso es lo que hubiera sido una sorpresa. De hecho los resultados del PSOE son razonables. La pérdida de En Marea se explica en parte por el ascenso del BNG, que en las generales votan a En Marea por razones de voto útil.

Lo mismo se puede decir de la situación del PSOE en el País Vasco.

¿Es un fracaso para el PSOE? Depende de la perspectiva. Eso sí, ni aunque así se vea, se puede achacar ese fracaso a Pedro Sánchez y a su actitud en los últimos meses.

Podemos sufre en ambas elecciones, es cierto. Pero es que a Podemos se le vota en las elecciones generales, mientras que muchos de sus votos van a otras formaciones en elecciones autonómicas (a BNG y Bildu, en este caso). No es una excusa, pero es un hecho. En unas generales es más que posible que volviera a recuperar su voto.

Creo que he sido ponderado y equilibrado en mi análisis. Cuesta pensar que todos (los que he leído) los medios de comunicación españoles hayan tenido criterios tan parecidos para sus titulares.


RICHARD GERE EN VALENCIA:

Veo la noticia de su llegada a Valencia donde una fundación suya firma un convenio con el Ayuntamiento de Valencia y con la Generalitat. La noticia está en El País en las páginas de la Comunitat Valenciana. En ningún diario nacional está la noticia de forma medianamente destacada.

En Levante y Las Provincias la noticia está destacada... pero nada del convenio en la portada. Y mucho menos la foto con Ribó no con Oltra. En Las Provincias llegan a la desfachatez de no sacarlos ni en las fotos que aparecen cuando pinchas la noticia.

En elDiario.es aparece como segunda noticia. Está la foto con Mònica y Joan, pero en pequeñito, debajo de una foto mucho más grande de Ximo Puig.

domingo, 18 de septiembre de 2016

De algunos escritores reaccionarios.

En cierto modo he elegido un título un tanto provocador, o provocativo, que es sinónimo. Reaccionario es un adjetivo que está recogido en el DRAE pero creo que no está bien definido. El diccionario ofrece dos opciones, bien como persona opuesta a las innovaciones, o bien como perteneciente a la reacción. Pero tampoco está bien definido el sustantivo reacción, en el sentido político. Busco en los diccionarios Català-Valencià-Balear y en el diccionario de la Academia Francesa y los resultados, aun siendo mejores, no me terminan de convencer tampoco. He de pasar a Wikipedia en español para tener una aproximación más exacta del significado y de los orígenes de esa palabra (1).

Más allá de la etimología, en la física de Newton el concepto de reacción  adquiere carta de Principio Fundamental. Cual si de una patrulla de la Guardia Civil se tratara, no hay acción que no cuente con su correspondiente pareja, su media naranja, la reacción. Y parece que de ahí le vino el paso de esta palabra a su significado político. Cualquier cambio que se produzca sobre una situación política estancada, cambio que se produce por una determinada acción política, genera la oposición de los beneficiados por dicha situación previa, los privilegiados, quienes intentarán revertir dichos cambios, provocando una reacción. Los que propician esas actitudes son los reaccionarios. Si fue ya en tiempos de la Revolución Francesa cuando se puso de moda la palabra, no hay duda de que durante la Revolución Soviética resucitó, reviscoló (2). A partir de entonces calificar a alguien de reaccionario es insulto habitual que dirigen las gentes de izquierdas a los conservadores, pero también a sus propios correligionarios desviacionistas, heterodoxos. Pero es cierto que, en las últimas décadas, la pléyade de comunicadores mercenarios neoliberales, que actúan al servicio de los privilegiados, han hecho que su uso languidezca y nos parezca un poco demodé, como todo lo que oliera a izquierda: su léxico, sí, pero también su música, su estética en el vestir, en los peinados, sus ideas... En algún otro artículo de este blog he comentado lo importante que es tener la hegemonía en el lenguaje. Y en la estética, añado ahora. Gramsci nos indicó el camino, como afirman, con razón, los ideólogos de Podemos.

Por ello tiene un cierto aire de provocación reivindicar la palabra reaccionario. Especialmente porque voy a hablar de tres ejemplos de escritores que, de forma consciente o no, ellos sabrán, se comportan como vanguardia del pensamiento reaccionario.

En todo caso mi crítica política no va a estar exenta del reconocimiento, cuando así lo he creído, de su mérito literario. De igual manera que el Sr. Messi puede ser un futbolista extraordinario, y a la vez un ciudadano indecente. Como también puedo citar a Leni Riefenstahl, excelente cineasta que creó la estética de los nazis, tan electrizante, y por quien profeso una simpatía especial. O a John McEnroe, aquél tenista genial, a la par que sumamente maleducado. Y tantos otros. Por ello se agradece cuando se conjugan la excelencia en su profesión y en su comportamiento político. Un ejemplo: Vaya aquí mi homenaje a Muhammad Ali (Cassius Clay), fallecido hace poco. 

Tras esta larga introducción, pasamos al grano. Comentaré mis impresiones de 3 escritores reaccionarios de los que he leído alguna de sus obras en los últimos meses.

Comencemos por Svetlana Alexiévich, periodista bielorrusa y premio Nóbel de Literatura de 2015. Había oído hablar bien de ella en la prensa y por ello me decidí a comprar unos de sus libros más famosos, "Voces de Chernóbil". Bien, soy poco adicto a los nóbeles, pues me han decepcionado en numerosas ocasiones. Así sucedió el año anterior con el infumable Le Clézio, o hace años con el soporífero de Orhan Pamuk. No suelo estar pendiente de ellos.

No hay nada como ser anticomunista para ser candidato a un Nóbel (hay algunas excepciones, cada vez más distantes en el tiempo). Y no es que Alexiévich sea mala escritora, no, es recomendable, aunque tampoco la considero una escritora excepcional. Quizás sea a consecuencia de mi decepción frente a unas altas expectativas previas. "Voces de Chernóbil" es un conjunto de relatos, derivados de sus entrevistas periodísticas. El primero de ellos es realmente emotivo, y muy bien escrito, pero los siguientes se van haciendo aburridos, incluso ñoños (3). Para más inri, Alexiévich me hace dudar de su imparcialidad periodística cuando enaltece la actuación de los disidentes soviéticos y ridiculiza al único entrevistado comunista.

En los últimos meses he leído obras de reaccionarios, pues sí. Tras el libro de Svetlana, este verano le tocó el turno a Michel Huellebecq y su libro de superéxito "Sumisión". Ya lo había visto muchas veces en los lineales de las tiendas durante un par de años, pero me resistía a comprarlo, justo porque me temía encontrar lo que a la postre he encontrado. Es, en efecto, pura propaganda antimusulmana, la moda actual en el mundo occidental. Me empujó a comprarlo mi estimado Emili Piera, que lo comentó en un artículo suyo que no pude leer, porque es para suscriptores del diario Levante. Sólo venía la primera frase, y parecía que era elogiosa. El libro es decepcionante, tanto en el fondo como en la forma. Es sumamente ilustrador de la deriva que ha tomado eso que llamamos nuestra civilización, a la que ya le empieza a cuadrar mejor el nombre de nuestra barbarie, que es adonde nos dirigimos, o adonde nos dirigen. En ese sentido es un libro peligroso. No aporta nada positivo. Y no hay más que comentar de este tío y de su infumable panfleto.

Varios meses antes había leído un libro, que ya tiene unos cuantos años, de Mario Vargas Llosa, otro escritor de ideas reaccionarias. Hacía muchos años que no leía un libro suyo. Este último no lo compré, estaba en casa. Se trata de "El Paraíso en la Otra Esquina", una biografía novelada de los últimos  meses de la vida de Flora Tristán y, en paralelo, de los últimos años vividos por su nieto, el pintor Paul Gauguin.

Mario es un buen escritor que domina las claves del éxito. Carece del estilo brillante que reconocemos en su antiguo amigo (hasta que un día le sacudió un puñetazo misterioso) Gabriel García Márquez, pero este defecto lo compensa con un ritmo vivo, una temática cautivadora y una documentación exhaustiva. El libro es un acierto de principio a fin. Ambas biografías son fascinantes y el contraste entre los dos proyectos vitales, resaltado por su narración en paralelo es una muy buena idea. Las argucias de escritor curtido en las lides del oficio, deteniéndose un poco en exceso en detalles escabrosos, no resultan fuera de lugar, pues están bien encajadas en las respectivas historias. El interés no decae en ningún momento aunque pueda haber pasajes que resultan surgidos de la imaginación del escritor más que del rigor histórico. La obra está concebida así y no engaña a nadie. Pero con ello no intenta falsear la historia,sólo volverla más amena, cosa que agradecemos los que buscamos una lectura entretenida.

En fin, no puedo sino elogiar y recomendar ese libro, a pesar de que tantos columnistas de izquierdas desprecien a su autor.

Quizás Vargas Llosa tiene alguna pretensión moralizante, como queriendo transmitirnos la idea de que ambos proyectos de vida resultaron disparatados, inútiles. O que, incluso, puestos a comparar, el resultado es un inmortal inmoral, Gauguin, que nos dejó el legado de sus extraordinarias pinturas, frente a una insignificante Flora Tristán, que ocupa un pequeño rincón casi olvidado en la Historia. Leed en la Wikipedia su biografía, o mejor, leed el libro.

Ahí sí que me tiene enfrente. La actitud filantrópica es un compromiso vital y moral de algunos, no demasiados, por desgracia, de los que hemos pisado este ingrato mundo. Es una misión que nos sentimos impelidos a cumplir. Y yo os pregunto, queridos lectores, ¿en qué debe distinguirse nuestra vida de la un perro u otro animal si no es en que venimos a este mundo a algo más que comer, beber, follar, tragar telebasura, pavonearnos y rezar? ¿Con qué derecho somos capaces de blandir en nuestros labios la palabra justicia para exigirla sin tratar de luchar por un mundo más justo? ¿Cómo osaremos pedir ayuda si la necesitamos si no estamos dispuestos a ofrecerla cuando son otros los que la necesitan? Que el mundo sea y haya sido siempre un estercolero no nos otorga licencia para que nosotros no tengamos que barrer y fregar nuestra parcela.

Y los que os consideráis cristianos no creáis que os basta con rezar. O con ir a misa. O con dar una pequeña limosna. Si Jesús bajara de los cielos os sacaría a latigazos de su templo a casi todos vosotros. Con toda la razón os llamaría sepulcros blanqueados. Él ofreció su vida por su causa, una causa por los demás. "Admiro a Cristo, pero desprecio a los cristianos", creo que dijo Gandhi.

No la conocía antes, pero ahora Flora Tristán ha pasado a ocupar un lugar destacado entre los personajes que admiro. Que su ejemplo haya tenido mucha o poca influencia en el devenir histórico es una cuestión de azar. Y en todo caso, la Historia es la disciplina que más se presta a la manipulación. Si fuera yo quien la escribiera Flora ocuparía en ella un lugar de honor.

Creyentes o no, tenemos una misión que consiste en aportar nuestro granito para acelerar la llegada del Superhombre. Llamadlo, si lo preferís, el nuevo Mesías. El próximo salto en la evolución que nos dejará atrás como especie obsoleta, neardentaliana, carente de inteligencia suficiente. Y, debemos esperar que así sea, un salto adelante en la felicidad de los nuevos, nuestros descendientes, o al menos, nuestros sucesores.

He ahí la clave para entender - y para explicar lo que de ella no comprendemos - la película 2001 una odisea en el espacio, esa obra maestra del genio humano. O sobrehumano. Zaratustra dixit.

NOTAS:

(1) Sigo buscando por la red. Evidentemente el adjetivo en cuestión deriva del sustantivo reacción, que a su vez se compone del prefijo re (con el significado de duplicación o repetición) unido a acción, palabra que comparte raíz con acto, actuar, actuación. Seguimos con la etimología y llegamos al latín agere, del que deriva el verbo francés agir, con los significados, la palabra latina, de mover, conducir, pero también de hacer y de actuar. Incluso el Wikcionario le da también el significado de vivir. A pesar de su similitud en castellano, entre hacer, facere en latín, y agere, y de sus significados tan parecidos, parece que son palabras que tienen poco que ver entre sí, sin embrago.

(2) Reviscolar: verbo catalán que usamos en Valencia, incluso cuando hablamos en castellano.

(3) Miro en el diccionario DRAE el significado de ñoño y no me convence, yo definiría la palabra como "sentimentaloide barato". Miro sentimentaloide en el DRAE y sí que me convence su definición, para mí es la definición de ñoño, o lo que yo he entendido siempre por ñoño