viernes, 10 de febrero de 2017

PATRIA, PATRIAS, PATRIOTAS, EXPATRIADOS, EXILIADOS Y APÁTRIDAS

PATRIA, PATRIAS, PATRIOTAS:
Hace poco que he acabado de leer el libro de Fernando Aramburu, "Patria", que parece que está siendo un gran éxito comercial. Me alegro, pues lo merece. Me resultó una lectura fácil, muy amena y que nos ofrece unas buenas pistas sobre lo sucedido en el País Vasco durante estas últimas décadas con el fenómeno de ETA. La novela está muy trabajada, tiene un ritmo ágil y un lenguaje sencillo, pero a la vez muy efectivo. Está estructurada en pequeños episodios de unas 4 a 6 páginas, con un hilo temporal un tanto imprevisible y tiene una trama folletinesca, sin que esto sea un demérito, pues grandes obras literarias han sido también folletines de sagas familiares. El interés en conocer más los avatares de los personajes mantiene el suspense. La vida cotidiana de un pueblo vasco y el ambiente que crea la existencia de ETA están tratados también con un gran acierto.
Hace unos días leí una crítica de Vargas Llosa en El País(*) que es muy elogiosa con el libro en cuestión. Coincido en gran parte con Vargas Llosa en sus apreciaciones. Pero, por poner algún contrapunto, junto a sus indudables méritos también le veo algún que otro defecto. Por un lado, por ciertas situaciones que me resultan muy poco creíbles, chirriantes. Son pocas, es verdad, pero una "repensada" más del texto hubiera pulido estas deficiencias.
Por encima de lo anterior, lo que creo que deja la obra por debajo de que la considere un reflejo magistral de la sociedad vasca de esos tiempos es una insuficiente mirada neutra sobre el conflicto. No pido que el autor sea equidistante, no se trata de eso. Él busca esa neutralidad, es cierto, pero a mi juicio no acaba de conseguirlo totalmente. Y no sólo porque los personajes más "simpáticos" sean los del "lado bueno". Es que las justificaciones de sus acciones, la estructura del pensamiento de los abertzales es muy caricaturesca y poco convincente. Los vascos tienen fama de "tarugos", permítanme la broma, pero no creo que lleguen a tanto. Admito, no obstante, que son convincentes muchas de las situaciones que describe, como la reacción de las gentes ante el miedo. Y esa dinámica que hace que una opción sea la que adquiere la preponderancia cultural, incluso aunque sea inicialmente minoritaria. Con miedo o sin miedo.
Es difícil que Patria sea aceptada en el ambiente abertzale (patriota en vasco), porque no se explican bien sus razones. Hay que ponerse del lado de ellos, entenderlos y reflejar bien su forma de pensar, más allá de los cuatro clichés de siempre. No quiere decir que se les justifique o no se piense que el mayor peso ético pueda estar en uno de los lados. Insisto en esta frase anterior, para que no se me malinterprete.
Y es que ETA tuvo su explicación histórica. Fue un movimiento armado que surgió contra una dictadura que se impuso por la fuerza de las armas y ejerció una represión inmisericorde durante la existencia del General Franco. El asesinato de Carrero Blanco, quien ocupaba por entonces la presidencia del Gobierno de España (una presidencia muy tutelada, eso sí), le otorga a ETA una gran popularidad. Llega la Transición y ETA(m) (ETA militar, con ETA político-militar se llega a un acuerdo) exige el derecho de autodeterminación, para poder aceptar el nuevo sistema. Pero si la autodeterminación es casi imposible de obtener hoy en día, como el "Prusés catalá" (permítanme otra broma) lo corrobora, podemos imaginar que por aquellos años, con una transición amenazada por un ejército franquista, era todavía más inimaginable. Además, la Constitución española no es ratificada en Euskadi (la abstención ronda el 50% y los síes en algunas provincias no alcanzan ni el 30% del censo)(**), lo cual "legitima" de alguna manera la postura de ETA. A mi modo de ver son ésas sus claves. Los abertzales no son una panda de descerebrados.
Otra cosa es el delirio en el que termina ETA en su deriva histórica. En lugar de ceñirse al magnicidio, algo que hubiera sido más fácil de comprender por la opinión pública (me refiero a la vasca), incluye entre las fuerzas de ocupación a cualquier furgón de guardias civiles de una agrupación de tráfico de un lugar al azar de la geografía española. O, peor aún, a los hijos de guardias civiles que conviven con su padre en una Casa-Cuartel. Que atentar contra esos objetivos se pueda considerar justificable o legítimo lo dejo a criterio del lector.
Esa lógica anterior puede parecer delirante y así lo creen muchos patriotas españoles, quienes consideran una obligación que todos los que nacen en este territorio se sientan también patriotas españoles, pero es así como piensa un separatista. ¿Existe una ley moral que obligue a nadie a tener que amar a una patria y no a otra? Echemos un vistazo a la evolución histórica del mundo. ¿Vemos algo sagrado e inmutable en el concepto de patria, o más bien fronteras y las patrias han ido variando con el tiempo? Y ya puestos a ver patrias inmutables, la vasca más que ninguna otra, que conservó su lengua a pesar de la romanización.
Hagamos un esfuerzo mental y pongámonos en el lugar del mundo abertzale. Imaginemos una ocupación extranjera de nuestra propia patria. Y reflexionemos si, en esa hipotética invasión de nuestra patria estaría justificada la lucha armada para expulsar a los invasores (pensad en el pueblo que peor os caiga, sean franceses, ingleses, marroquíes, venezolanos, chinos, estadounidenses o rusos, por mencionar algunos). Y qué acciones armadas contra esos invasores, que han cometido abusos con nosotros y que nos han dejado sin ejército convencional, estarían moralmente permitidas. Cada uno de nosotros tendrá su respuesta. Mi pronóstico: que los más patriotas serían los que más inclinación iban a tener por la respuesta violenta. Así entenderemos lo difícil que es separar lo que es terrorismo de lo que es una acción guerrillera "legítima". Eso es para mí entrar en la forma de pensar abertzale y tratar de ser equilibrado. A Aramburu le ha faltado asomarse un poco más a la mente del otro lado.

EXPATRIADOS, EXILIADOS Y APÁTRIDAS:
Fernando Aramburu vive en Alemania desde hace bastantes años. No se puede decir que sea un exiliado, le aplica mejor el término expatriado. Pero voy a hablar de otro escritor que sí lo es. Y, a pesar de ser un escritor de visión universal, es (o fue) un gran patriota, en sus libros se palpa el amor a su tierra. También una gran decepción con ella, pues se exilia, obtiene la nacionalidad francesa y termina escribiendo en francés. Y ya que Aramburu es germanófilo, le diré que se trata de un escritor al que le veo una gran influencia de escritores centroeuropeos.
Me estoy refiriendo a Milan Kundera, para mí el mejor escritor del siglo XX, con permiso de otros aspirantes, como García Márquez o James Joyce. Releo por tercera vez "La insoportable levedad del ser" y me gusta todavía más que las veces anteriores. Siendo bueno el libro de Aramburu, Kundera juega en otra liga. ¡Cómo conoce y describe Kundera el alma humana! A Kundera se le lee despacio. Hay que saborear cada una de sus frases.
A continuación os ofrezco una pequeña muestra de su grandeza, y que nos viene muy al pelo de lo que sucede hoy en día (difusión en los medios de conversaciones privadas, espionaje de nuestros teléfonos móviles y ordenadores, etc.... Kundera nos cuenta cómo un político checo con un gran prestigio entre su pueblo, al que los rusos o sus aliados, los comunistas checos prosoviéticos quieren destruir, es espiado por la policía secreta y se le graban todas sus conversaciones y luego son difundidas las más polémicas, evidentemente sacadas de contexto. Nadie sería capaz de superar esa prueba. Textualmente nos dice:

[...]Cuando una conversación privada ante una botella de vino se emite públicamente por la radio, ¿qué explicación puede darse sino la de que el mundo entero se ha convertido en un campo de concentración? [...] El campo de concentración es un mundo en el que las personas viven permanentemente juntas, de día y de noche. La crueldad y la violencia no son más que rasgos secundarios (y no imprescindibles). El campo de concentración es la liquidación total de la vida privada. [...]

Bien, resulta algo exagerado, pero creo que se entiende el mensaje. Os quiero recordar que esa misma idea es la que expreso en mi entrada de este blog de marzo del 2016 titulada "Y a mí si me espían, ¿qué más da?"(***). Mucha gente cree que esto es poco importante, cuando se trata de un aspecto fundamental en una democracia: la privacidad.
Y ya que hemos hablado de exiliados y hemos citado a Alemania, hablemos también de Albert Einstein, infatigable pacifista y destacado socialista. Recomiendo a mis lectores que lean la biografía de este extraordinario personaje. Un buen resumen lo tienen en la wikipedia(***). Podrán comprobar que Einstein:
  • Pasó por cuatro nacionalidades diferentes. Y durante unos años fue apátrida. Su principal y verdadera patria fue la Humanidad.
  • Judío de origen, y simpatizante en parte de las ideas sionistas (pensad en su vida errante a causa de ser judío), sin embrago se opuso a la idea de un Estado de Israel. Abogó por un estado mixto donde convivieran judíos y palestinos. Y cuando posteriormente le ofrecieron la presidencia de ese estado la rechazó.
  • Fue uno de los tres que se negaron a firmar el "Manifiesto para el Mundo Civilizado", firmado por 93 personalidades del mundo científico e intelectual alemán, donde se justificaba la invasión de Bélgica en el comienzo de la Gran Guerra Europea. Ese gesto exige valentía.
  • Escribió un artículo apoyando el socialismo, "¿Por qué el socialismo?". Pero en él criticaba el socialismo que se estaba aplicando en el bloque soviético por su falta de libertad y exceso de burocracia.
  • El terror que le producía que Hitler pudiera ser el primero en tener la bomba atómica le animó a convencer a Roosevelt para fabricarla. Se arrepintió de esta decisión cuando los EE.UU. lanzaron las bombas sobre Hirosima y Nagasaki.
  • Visitó España y se hizo amigo del secretario general de la CNT.

Este texto lo he extraído de su artículo !¿Por qué el socialismo?"(*****):
El capital privado tiende a concentrarse en pocas manos, en parte debido a la competencia entre los capitalistas, y en parte porque el desarrollo tecnológico y el aumento dela división del trabajo animan la formación de unidades de producción más grandes a expensas de las más pequeñas. El resultado de este proceso es una oligarquía del capital privado cuyo enorme poder no se puede controlar con eficacia incluso en una sociedad organizada políticamente de forma democrática. Esto es así porque los miembros de los cuerpos legislativos son seleccionados por los partidos políticos, financiados en gran parte o influidos de otra manera por los capitalistas privados quienes, para todos los propósitos prácticos, separan al electorado de la legislatura. La consecuencia es que los representantes del pueblo de hecho no protegen suficientemente los intereses de los grupos no privilegiados de la población. Por otra parte, bajo las condiciones existentes, los capitalistas privados inevitablemente controlan, directamente o indirectamente, las fuentes principales de información (prensa, radio, educación). Es así extremadamente difícil, y de hecho en la mayoría de los casos absolutamente imposible, para el ciudadano individual obtener conclusiones objetivas y hacer un uso inteligente de sus derechos políticos.
Esas palabras suenan muy actuales, ¿no? Hay quienes desprecian a las gentes de izquierdas y las tratan de ignorantes. Pues bueno, ¡que nos presenten a alguien que supere a nuestro héroe Albert! Él fue, aunque se le puedan achacar errores (nadie está exento de ellos), todo un ejemplo de trayectoria vital. Nuestros líderes deberían acudir a los mítines con camisetas con el rostro de Einstein y con el lema "Why Socialism?".


ENLACES:

(*)http://elpais.com/elpais/2017/02/02/opinion/1486035878_421520.html
(**)https://es.wikipedia.org/wiki/Albert_Einstein#Actividad_pol.C3.ADtica
(***)https://amuradoababor.blogspot.com.es/2016_03_01_archive.html
(****)https://es.wikipedia.org/wiki/Albert_Einstein#Actividad_pol.C3.ADtica
(*****)http://archivo.juventudes.org/textos/Albert%20Einstein/Por%20que%20Socialismo.pdf