sábado, 23 de junio de 2012

Edad Antigua, Edad Media, Edad Moderna, Edad Contemporánea.. y vuelta a la Edad Media


Os propongo una forma sencilla de ver los esfuerzos de nuestras autoridades para resolver la crisis:

Los que nos han vendido las bondades de la economía de mercado deberían, siguiendo las "leyes de la competencia", estar arruinados. Me explico: si los Estados (todos los estados occidentales) no hubieran intervenido en el momento en el que cayó Lehman Brothers, se habría producido una cascada de quiebras que hubiera recorrido el mundo dándole varias decenas de vueltas, hasta dejar muy pocas de las grandes corporaciones en pie, y sobre todo habría acabado con casi todas las financieras. Esto hubiera supuesto el fin de muchas fortunas, es decir, habría afectado primordialmente a la gente más poderosa, que son los que llegan a fin de mes y les sobra, y, por mucho que gasten, pueden ahorrar. Los que tienen más ahorros habrían sido los más perjudicados.

Pero no fue así. ¿y qué se hizo? Pues para evitar esas quiebras se inyectaron ayudas públicas que han recaído en las espaldas, sobre todo, de los que menos tienen. En efecto, pues la deuda (que serían las pérdidas de las distintas empresas que deberían quebrar) pasa a ser del Estado, lo cual produce déficit (y no sólo por los intereses de la deuda, el principal acabará yendo a pérdidas), que se tiene que cubrir con subida de impuestos (¡qué curioso! con el IVA, que repercute en mayor medida sobre los pobres porque toda su renta va a consumo) y con recortes del Estado del Bienestar (educación, sanidad, pensiones, indemnizaciones por despido, etc).

Los islandeses comprendieron instantáneamente que eso era una estafa y reaccionaron. El resto de países, pues ya véis que no.

¿Y en España? La culpa fundamental de la crisis fue la burbuja inmobiliaria, sin olvidar los gastos desaforados de las administraciones y la corrupción..Esta juerga fue financiada por la banca quien a su vez fue financiada por fondos gestionados por bancos británicos, norteamericanos y centroeuropeos.

¿Y ahora, qué está pasando? Lo lógico, aplicando las leyes de mercado es que Bankia, por ejemplo, hubiera quebrado, lo que implicaría una quita de sus proveedores y que se los restos (lo que quede del banco, las empresas dependientes, etc.) se los quedaran ellos, pero esto crearía importantes problemas a dichos proveedores, pues algunos de ellos es fácil que fueran también a la quiebra, ceando una espiral de pánico todavía mayor que la de Lehman Brothers.

Pero dejando actuar así a los mercados, los perdedores son los que tienen acciones, depósitos bancarios y planes de pensiones, en mucha mayor medida que los ciudadanos de clases inferiores. Evidentemente, en este caso las leyes del mercado ya no interesan. Yo siempre me digo: si baja la bolsa, ¿es una buena noticia o una mala noticia? Pues creo que en tiempos de crisis es mejor noticia que baje la bolsa a que suba el paro, porque así pierden los que pueden permitirse el lujo de perder algo y seguir viviendo bien, y no los que lo pierden todo cuando pierden el trabajo.

Es difícil que la gente reaccione: los medios de comunicación que controlan (todos los importantes) están dedicados a que ello no suceda. Esa es mi experiencia con mis amigos cuando son de derechas. Es difícil que en la Comunidad Valenciana se acumulen más motivos objetivos para que el PP no vuelva a ganar elecciones en un siglo. Y sin embrago, a tenor de las encuetas, su electorado no parece que los castiguen mucho. La respuesta a esto no la busquéis en la racionalidad, pues es teología. A nivel estatal, según la última encuesta de El País, sólo han perdido uno de cada 5 votantes. Cierto, todavía vende la "herencia recibida", pero ¡es que han hecho tantas cosas rematadamente mal en estos meses! Y no me refiero sólo a las barbaridades "ideológicas", me refiero a cosas tan simples como vender el rescate como un éxito, lo que ha supuesto que seamos el hazmerreír de la prensa extranjera.

La fuerza de estos medios se demuestra en las elecciones griegas. ¡Ha ganado el partido que mintió sobre el déficit público al resto de Europa! Es el máximo responsable de la crisis que sufre dicho país, y le aplauden todos, los ciudadanos engañados, y los dirigentes y los medios de comunicación de los demás países engañados! Prefieren que ganen los deshonrados esos de Nueva Democracia antes de que pudiera ganar una verdadera izquierda, Es una izquierda más bien moderada, que ni está contra Europa ni contra el euro, pero a lo mejor los griegos y los europeos descubren que la izquierda funciona. ¡Eso no se puede permitir! La gente podría descubrir que la izquierda es algo diferente de ese fraude que también se autodenomina izquierda pero que no lo es, como el PSOE, el PASOK o el laborismo inglés.

Es lo que el profesor Vicenç Navarro llama la "sabiduría convencional", que no es más que la increíble máquina de propaganda de la derecha económica, es decir, del poder con mayúsculas.

Por ello hay una serie de economistas que previeron la crisis y que son aupados por los medios como  los grandes héroes, pero simpre que sean economistas de derechas (o extrema derecha). Son los Leopoldo Abadía, Niño Becerra, Roberto Centeno y otros similares. Prever la crisis en 2006 no es ninguna hazaña. ¡Tan sólo había que estar atento a lo que mascullaba Alan Greespan cuando ya había dejado la FED! Para un "enterao" esto ya era "vox populi". Me gustaría que me pasaran una colección de artículos de economía de estos elementos escritos entre 2002 y 2005. Estoy convencido de que nos íbamos a reír.

Los que llevan más de una década hablando de la tasa de transacciones finacieras, esto es, los de ATTAC, no serán ni consultados, pero, ¡oh sorpresa!: Ahora se comienza a hablar en serio de dicha tasa. Seguro que aparecerán "gurús" de derecha que ya la proponían. Por cierto, los economistas partidarios de la austeridad, ¿han pedido perdón y se han retirado a sus casas para no volver a abrir la boca?

Estoy terminando de leer un libro de Stiglitz, cuyo título en inglés es "Freefall". Él no es un "rojo peligroso", sólo quiere un capitalismo "humano" y "sostenible". ¡Qué claridad de ideas! ¡Qué contraste con otro libro que acabo de leer de Niño-Becerra! espero comentarlos en otra entrada del blog. Sólo un comentario: la palabra "teología" que he mencionado unas líneas más arriba es la que menciona Stiglitz para referirse a la actitud de los economistas neoliberales. Y tiene razón. Cada vez me convenzo más de que es inútil discutir con la gente de derechas. A veces me pregunto si son seres verdaderamente racionales, porque no lo parecen. Y es que en muchos aspectos han sido abducidos como los integrantes de una secta. Y por ello  con ellos no sirve ninguna discusión racional, pues su ideología no lo es tal, es una teología. Y sólo saldrán de ella tras una "desprogramación". Pero no tendremos esa posibilidad, pues ellos son los fieles guardianes de las ideas que pregona esa fabulosa máquina de propaganda y "sus dueños" no los van a abandonar. Y eso que a lo máximo que pueden aspirar es a perros fieles de esos señores, a comer de sus sobras.

Os prevengo. Si no lo remediamos el mundo se dirige hacia una suerte de Nueva Edad Media. El "amigo" Niño Becerra lo insinúa en su libro cuando habla de "clústers", palabreja que queda como que muy moderna, pero que yo traduzco por "dominios de señores feudales" y la cosa pasa a ser como que muy antigua. ¿Hay alguien que piense que un sistema similar a la Edad Media, con sus Señores Feudales, puede ser beneficioso para el conjunto de la sociedad?

O lo impedimos o tendré que decir: ¡Paren el mundo, que me bajo!



viernes, 8 de junio de 2012

Estado de shock

 España ha entrado en estado shock. Evidentemente me refiero a los ciudadanos que siguen la actualidad política y económica. Y es que ni los más pesimistas se imaginaban adónde estamos llegando. Desde luego, el shock es particularmente intenso para los seguidores del P.P. Muchos de ellos pensaban que esto iba a ser coser y cantar. Los más recalcitrantes le echarán la culpa a la herencia recibida, pero una buena proporción ya sabe que esto no lo solucionan los "superespecialistas del empleo", como se autodenominó mi paisano y estrambótico personaje Esteban González Pons.

Las razones de esta deriva, aparte de que existan argumentos reales, creo que ya las he explicado en mi anterior artículo.

Este gobierno me produce depresión, y a continuación explico algunas de las razones de ello. Por cierto que algunas de ellas son compartidas con las que me producía el gobierno anterior. Pero es que el actual parece que cree en ellas. La diferencia entre ambos es una cuestión de "grados", de entusiasmo y de creer en lo que hace. No, no son iguales, aún sé apreciar las diferencias entre ambos, a pesar de que no me gusta ninguno de ellos.

Primero y más importante: La democracia está desapareciendo a pasos agigantados. El que no lo quiera ver está ciego. Pero es que la ceguera de la gente es increíble. Cuando estábamos en plena burbuja lo comentaba con amigos y familiares. La conclusión es que yo era un cenizo. Lo más parecido a darme la razón era esta frase: "Bueno, ¿y qué? Si va a venir una debacle, ya tendrás tiempo de preocuparte entonces. Disfruta del buen momento".

He releído algunos pasajes de las Memorias de Zweig. Las dos primeras páginas parece como si las acabaran de escribir en estos momentos. Es la incredulidad de ver un mundo de certitudes, de seguridad, que naufraga. Pero el pasaje que más me sorprende es cuando él está en Londres y lee que la Alemania nazi va a invadir Austria. Él corre a comprar un billete de avión inmediatamente y se vuelve a su país para prevenir a sus amigos y familiares. Al poco tiene que desistir, porque nadie le cree. Lo mismo sucede hoy. Perdemos derechos a chorros. Y es así tanto si son derechos materiales como la sanidad o la educación, pero asimismo los derechos  participativos como la limitación del derecho de manifestación, el fin de la pluralidad en RTVE, la campaña contra los sindicalistas, e incluso la campaña de desprestigio contra los políticos (no lo olvidemos: elegidos o no, siempre habrá políticos, aunque los llamen, para disimular, "técnicos"). O la presentación a las elecciones de un partido político con un programa conscientemente ocultado. Y no hay una inmensa movilización para defender estos derechos perdidos.

En segundo lugar, la degradación moral. De eso hay muchos ejemplos que me desazonan, porque vamos al revés. Cito entre ellos la amnistía fiscal (¡qué error de concepto!), la amnistía para las viviendas ilegales (hay formas de solucionarlo sin que salgan como los más beneficiados los ayuntamientos más piratas), y la previsible modificación de la ley de costas. O la urbanización prevista de una playa virgen cerca de Tarifa. Por supuesto que otro error inmenso es Eurovegas. Estos caminos no nos conducen hacia la excelencia, hacia parecernos a los países mejores. Eso sí, en esas profesiones que tanto serán demandadas para Eurovegas, navegarán bien a gusto algunos políticos, esos que aquí en Valencia han proliferado más que en Sicilia. No es casualidad que el Reino de Nápoles y Sicilia nos haya pertenecido durante tantos siglos.

Los ejemplos anteriores son tonterías al lado del desprecio absoluto hacia los que no poseen ya ningún tipo de ingresos. No entiendo cómo los desposeídos siguen sintiéndose ciudadanos. Yo tendría unas ganas inmensas de destrucción: si veo que la sociedad no me protege ¿a qué santo tengo yo obligaciones con ella? ¿Cómo es que la protección de estas gentes no es la prioridad absoluta del  Estado? ¿Es más importante salvar a la banca? ¿Y cómo nos sentimos cuando en un pueblo se hace un referéndum y los vecinos prefieren toros que el que se contrate a algunos de sus parados? ¡Cómo ha anidado en la gente el gusano de la insolidaridad, que con tanto ahínco se le ha inoculado; y dirán que la culpa es de la LOGSE! Lo peor de todo es que todo ello es un inmenso error: toda esta gente, los parados, puede estar haciendo trabajos útiles a la sociedad, se me ocurren muchos, y sin embargo están en sus casas dándole vueltas a su desgracia. ¡Estos sí que están en estado de shock!

La situación del mundo, en general, tampoco es esperanzadora. En los países musulmanes triunfan partidos retrógrados, los islamistas, más o menos "moderados". Occidente pasa por allí con sus guerras neocoloniales, apoyando "revoluciones", que en algunos casos tendrán toda la legitimidad del mundo, pero en otros casos han sido un puro montaje. En todo caso, entiéndaseme bien, ni mucho menos con esto estoy apoyando a los sátrapas que había antes, pero pregunten a los libios a quién preferían. O a los ciudadanos de Bahréin. ¡Qué curioso!, ¿por qué esos no son apoyados en su revolución?

Pero claro, es que estos puebles musulmanes parece que estén por civilizar, ¿no? Qué curioso un noticiero que escuché en "La Cuatro": después de relatar y alabar los actos de los 60 años del reinado de la Queen Elizabeth II, el presentador se nos descuelga poco después con la "medieval costumbre" de la Corona Alauita (marroquí) del besamanos al pequeño príncipe heredero, de tan sólo ¿7?, ¿8? (no recuerdo) años. ¡Viva la coherencia! El espectáculo, ¡grandioso! de las monarquías europeas, porque, eso sí, no se puede negar que no nos ofrezcan un espectáculo tras otro, eso, señores, eso sí que es la modernidad.

Y otro ejemplo de cómo va el mundo. El otro puse TV5-Monde y estaban entrevistando a Marine Le Pen. Es curioso cómo la extrema derecha toma ideas de la izquierda, pues ésta no es más que un último intento de que la gente, desesperada, no caiga en manos de los partidos de izquierdas de verdad. No es casualidad que el partido de Hitler se llamara Nacional-"Socialista".

Después de haceros partícipes de todas mis preocupaciones seguro que creéis que el que está en estado de shock soy yo. Pues sí, es verdad, esto me baja la moral. Pero también tengo noticias esperanzadoras, a pesar de que, alguna de ellas, no ha recibido ni la más mínima mención por parte de nuestros queridos medios de comunicación. Algunas buenas noticias son:

La previsión del triunfo de un partido de izquierdas (de la izquierda de verdad, aunque bastante moderada, no son comunistas, ni maoístas, ni trotskistas, digamos que son lo que antes se llamaba socialista) en Grecia es, sin duda, una buena noticia. Nuestros queridos medios nos lo venden como la llegada del apocalipsis.

La actitud de los estudiantes mexicanos, en un movimiento de protesta similar a la de nuestros indignados. Y otra revolución de características similares que está teniendo lugar en el Quebec. Y ésta parece que sí que tiene posibilidades de tumbar al gobierno local (ni una palabra de ella en España, cuando el otro día sí que se le dio cancha en nuestros medios a una noticia sobre un asesino quebequés que había sido detenido en Berlín. Que yo sepa sólo había asesinado a su novio).

Gracias a todos los "militantes del partido de la ciudadanía". ¡Qué afortunada expresión de mi admirado Emili Piera: militantes del partido de la ciudadanía!.¡Qué placer siempre leerle, tanto cuando critica esta tragedia shakesperiana, como cuando encuentra la felicidad en ese reencuentro campestre con la primavera o en ese almuerzo disfrutado tres veces: cuando lo prepara, cuando se lo come y cuando nos lo cuenta! Gracias a todos vosotros aún existe la esperanza de que el mundo vuelva a encontrar la senda del verdadero progreso.