miércoles, 2 de octubre de 2013

Sobre Stanley Kubrick

Siempre he querido escribir un artículo sobre Stanley Kubrick. Es lógico: para quien no lo supiera, el Coronel Dax, mi seudónimo en este blog, es un personaje protagonista de una de sus mejores películas. Y hasta ahora no me había decidido o atrevido a escribirlo. Ha sido la lectura del interesante artículo que he leído en JotDown, una revista cultural muy recomendable, y que ha escrito Cristian Campos, a quien no conocía, lo que ha provocado que, por fin, me haya decidido.

He aquí el enlace. Su título parece pretencioso: "Vulgo veritatis pessimus interpres". En latín, ¡casi ná! Advierto de que el artículo es largo, pero muy provechoso:

http://www.jotdown.es/2013/09/vulgus-veritatis-pessimus-interpres/

En esta entrada de mi blog me puedo extender, por lo que prefiero esto a escribir un comentario a ese artículo en la propia revista JotDown. Antes de nada, agradezco a Cristian lo que me ha enseñado en él. Hay muchos detalles, especialmente los símbolos, en los que no había caído. Es fantástico la punta que le saca a la película, tanto que incluso nos provoca una cierta "humillación" intelectual. ¡Cómo no he caído en tantas cosas que Cristian sí ha apercibido!

En mi descargo alego..., pues que soy de ciencias. En fin, no soy más que un "amateur", un aficionado, tan solo una persona que intenta disfrutar con esas "criaturas celestiales creadas por semidioses", no sé si es demasiado cursi la definición. Pero, ¿cómo se puede expresar esa experiencia mágica, iniciática, mística, que nos atrapa cuando disfrutamos con las obras que más nos conmueven de nuestros artistas preferidos? Nos negamos a admitir que esas obras puedan haber surgido del genio humano. Al contrario, parecen creaciones de seres superiores.

Es curioso que no todos los humanos llegamos a ese estado levítico con las mismas creaciones o los mismos autores, siempre hay una componente personal que hace que uno disfrute con unas obras de arte que dejan indiferentes a otras personas. Todos nos hemos extrañado alguna vez habiendo juzgado negativamente una película que después hemos comprobado que una mayoría de la crítica ha aplaudido. En las páginas de comentarios de filmaffinity encuentras con frecuencia la crítica sincera de alguien inteligente a quien una buena película le ha dejado indiferente (y que se queda atónito al conocer una mayoría de críticas entusiastas).

Soy kubrickiano. Lo considero "el Shakespeare del cine" (me recuerda más al dramaturgo inglés, por su crudeza, que a ningún otro autor literario), y lo encuentro a considerable distancia del resto de directores. Por eso, cuando Cristian Campos afirma que Eyes Wide Shut es una de las tres mejores películas en toda la historia del cine, me digo que, de ser así, las otras dos son también de Kubrick.

Siempre he intuido que Eyes wide Shut me sorprendería cada vez que la volviera a ver. Y ya deben ir como 4 veces. Aun y así me parece que hay un punto de inflexión en Kubrick a partir de Barry Lyndon. Esta obra es el punto álgido de su arte, tras la cual sus siguientes películas ya no alcanzan, para mí, la perfección de las anteriores (desde Senderos de Gloria, su primera obra maestra). Sin que desmerezcan, pues todas siguen siendo espléndidas. Y eso que El Resplandor me parecía una película menor, y últimamente la he visto con otros ojos. Me parece fantástica.

Volviendo a su obra póstuma, a pesar de las nuevas revelaciones que me ofrece Cristian Campos y de que me parece una película impresionante, hors de commun, no acaba de "implicarme" tanto como otras suyas. Eyes Wide Shut pretende ser una disección del instinto sexual y sus leyes. Cómo no, su relación con el poder está incluida. En este esquema es muy similar a La Naranja Mecánica, pero en ese caso lo que se analiza es la violencia.

Estoy de acuerdo con muchas interpretaciones que ofrece Cristian Campos en su crítica, aunque mi interpretación se separa de la suya de manera significativa.

Insistimos: "Eyes Wide Shut"es un retrato frío de la influencia del instinto sexual en el comportamiento humano. Y se hace especial hincapié en las contradicciones que ello supone en relación con nuestro esquema ético. Pero no se olvide que es una película, no un tratado científico. 

No sé si es a propósito o no, pero la visión de la película con el sexo es parcial. No se ocupa de la juventud, tan sólo de la madurez. Las numerosas muchachas jóvenes que protagonizan la película, todas muy bellas, son poco más que los objetos del deseo sexual de los protagonistas masculinos. Sólo hay un verdadero personaje femenino con vida propia, la mujer de Bill, Alice (aparte de algún papel menor). Y es ya una mujer madura. El impulso sexual en la juventud se observa marginalmente en otras películas suyas, que yo recuerde, en Barry Lyndon y La Naranja Mecánica.

Eyes Wide Shut es un paseo autobiográfico. Aunque un autor debe intentar ser universal y apartarse de su experiencia personal, creo que Kubrick no lo pretende o no lo consigue en la película. Y así, Kubrick es Bill, y Alice tiene mucho que ver con la mujer de Kubrick, o al menos con la idea de Kubrick sobre su mujer. Y la película es un poco la justificación de por qué ese matrimonio, LesVieux Amants, no naufraga, a pesar de todos los temporales que ha tenido que soportar a lo largo de su vida. 

En la película, ni Bill ni Alice cometen físicamente ninguna infidelidad. ¿Pero no son acaso infieles de pensamiento? El sexto mandamiento versus el noveno. ¿Pero, podemos acaso evitarlo? Es cierto que el instinto parece dormido, fácil de dominar, mientras estamos en nuestro trabajo, a pesar de contar con todos los elementos favorables para despertarlo, como en la escena en la que Bill atiende, desnuda, a una hermosa clienta de su clínica. Y sin embargo la bestia se desata sin control en el momento más inesperado, con un familiar nuestro de cuerpo presente (así le sucede a una de sus clientas), y cuando sabemos que nos va a dejar en el ridículo más espantoso. Y en ese momento, el deseo sexual, vestido de enamoramiento, somos incapaces de controlarlo. A pesar de que llevábamos mucho tiempo reprimiéndonos. Cuando la máscara de la convención social cae.... o quizás al revés, cuando nos creemos protegidos de la vista de los demás por una máscara, entonces ese instinto se apodera de nuestros actos.

En cualquier caso mi mayor discrepancia con Cristian Campos no lo encuentro en el texto, sino en su respuesta a los comentarios de los lectores, donde Cristian define a Kubrick como darwinista. Bueno, seguro que Cristian conoce la trayectoria de Kubrick mejor que yo. Pero, salvo una evolución radical, no hay película más antidarwinista que Senderos de Gloria. O  Espartaco. O Dr. Strangelove. En las películas posteriores se limita a describir, sin dar opiniones morales. Pero creo que él sigue sabiendo dónde están las claves morales, aunque se limite a fotografiar el alma humana como es y no como debería ser.

... O quizás Crisitan Campos conoce bien la biografía de Kubrick y sabe con certeza que Kubrick finalizó siendo un darwinista. Pero no puedo aceptarlo. Yo, que ya poseo recuerdos de hace más de medio siglo; yo, todavía necesito creer en algo.  

NOTAS:

Con posterioridad a la primera publicación de este artículo he tratado de averiguar más sobre esta película. Comparto con mis lectores lo que considero más destacado:



·                     Varias de las críticas que he leído me reafirman mi creencia de que se trata de una historia autobiográfica. Parece el testamento del autor (curioso, desde luego, que muriera cuando la acababa), una última declaración de amor a su mujer.


·                     El peinado y las gafas de Alice (Nicole Kidman) me recuerdan la imagen de la mujer de Kubrick, Sussanne.

·                     Existen hasta teorías conspirativas relacionando la muerte de Kubrick y la película. Se basan en la escena de la mansión de la orgía. Se trataría de evitar que Kubrick desvelara que esa mansión existía y quiénes eran sus participantes.

·                     Sobre esas escenas de la orgía. No debe ser casualidad que la contraseña fuera "Fidelio" (fidelio = fidelidad). El médico no es aceptado en ese grupo, enseguida deja descubrir que sus códigos de conducta difieren de los del resto: ¿Quizás porque el consciente del doctor Bill Hardford no busca la infidelidad? Pero su lado oscuro le impele a probar la fruta prohibida.

·                     Como la inmensa mayoría de las películas de Kubrick, este film nos presenta la colisión entre "lo que debe ser", nuestros valores morales, y "lo que es", los instintos que dominan el comportamiento del ser humano.
 





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