jueves, 10 de noviembre de 2016

Contradiario de 10 de Noviembre de 2016

El "caso" de Ramón Espinar:

Vuelvo de un viaje y me entero a posteriori del escándalo montado con Ramón Espinar. Para mí es una de las cabezas más lúcidas de Podemos. Y tiene mejor presencia (es una persona muy correcta hablando, que no crea rechazo) que Pablo Iglesias o que Monedero, que resultan más "agresivos".

Todas las opiniones negativas contra él provienen de juicios de intenciones, es decir, de hipótesis que pueden ser factibles, pero están por demostrar. En definitiva, no hay caso alguno. Pero sí que los medios han fabricado un escándalo falso y ello, junto con toda la multitud de otras informaciones manipuladas que aparecen diariamente en todos los medios de comunicación, por tierra, mar y aire, van creando el estado de opinión que dibuja el CIS:

 http://datos.cis.es/pdf/Es3156mar_A.pdf

Mirad los resultados de la pregunta Nº 16 en la página 10. En cualquier CIS anterior los resultados no eran tan negativos para Podemos. Los medios van recogiendo los frutos de lo que han sembrado. Esta es la razón por la que estoy más de acuerdo con la táctica de Iglesias frente a la de Errejón: Por mucho que Podemos modere su discurso, para intentar atraer al votante de izquierdas moderado, en este momento es prácticamente imposible que lo consiga. Es más efectivo consolidar la posición adquirida. Es decir, mantener al simpatizante actual, que ya es.

Para que tengáis una opinión diferente a la inmensa mayoría de la basura que se ha publicado en los medios, leed este artículo de Beatriz Talegón (normalmente es muy crítica con ellos) en Diario16:

http://diario16.com/el-piso-de-espinar/

En esa noticia, todos los comentarios de los lectores son también importantes. Pero destaco uno de ellos entre todos, el de Javier Marín, quien da en el clavo, para desmontar que ni siquiera se esté especulando. A ver, muchachos, os ofrezco la posibilidad de comprar una de estas dos viviendas, ambas por un mismo precio, 150.000€ y en el mismo sitio:
  • Vivienda Nº 1: En realidad no es una vivienda, sino una futura vivienda. Hoy pagas una entrada de 60.000€, y unas cuotas mensuales. La vivienda la compras sobre plano. Estará de aquí a 3 años. No olvides que puede que en ese ínterin la promotora quiebre, que no te dé las calidades que te prometió, que hayan surgido problemas de cimentación o estructurales, de que se produzcan retrasos, etc. Existe el riesgo de que pierdas todo el dinero invertido.
  • Vivienda Nº 2: Idéntica a la vivienda Nº1, pero ya está terminada. Has podido visitarla y no has visto ninguna deficiencia. Si la compras, no tienes que esperar, mañana mismo podemos ir al notario e inmediatamente puedes tomar posesión y disfrutar de la misma.
¿Tienes alguna duda de cuál escoges? O lo que es lo mismo: NO VALEN IGUAL. La vivienda Nº2 vale más y por tanto Espinar ni siquiera ha especulado cuando le pagan más. No ha vendido el mismo producto que compró en su día, le ha añadido valor. Él ha corrido con unos riesgos y ha pagado cantidades sin disfrutar de la vivienda, algo que los nuevos adquirientes se van a ahorrar.

¿Cuánto vale más una que otra? Eso es más difícil de valorar, pues influyen muchos factores (expectativas de evolución del precio de la vivienda, inflación, tipos de interés...) En todo caso él ha vendido a un precio autorizado. Y los compradores han asegurado que habían visto otras en las que, además, se les incrementaba el precio exigiéndoles dinero en negro. Para mí, caso cerrado (no era necesario ni haberlo abierto).


La victoria de Donald Trump (y su relación con los medios de comunicación):

Tenía mi pálpito, mi intuición, sobre la victoria de Donald Trump, y así ha sido. Y es que, después de la victoria del Brexit, del golpe de estado fallido en Turquía y de sus consecuencias y de la victoria del "no" en el referéndum de Colombia ya me imaginaba que todo es susceptible de virar a (¡aún!) peor. Y tenía la sensación de que los votantes de Bernie Sanders no iban a apoyar a Hillary Clinton. Ella, como es natural, no ha tenido el menor gesto (por lo menos creíble) para con ellos.

Evidentemente que Donald Trump no creo que sea el personaje histriónico que se ha presentado a las elecciones. Eso ha sido un teatro perfectamente planificado por sus asesores de campaña. Y ha sabido captar el estado de neurosis en el que se encuentra una parte importante de la población americana. Después daré alguna idea de por qué estas gentes están necesitadas de votar a un bufón.

Analicemos en primer lugar al señor Trump. Yo no he seguido su trayectoria personal y profesional, pero tengo la absoluta seguridad de que el futuro propietario de la llave del botón nuclear no es un filántropo. No sabemos cómo va a salir, pero no creo que sea un doble de Bernie Sanders o la reencarnación de Franklin Delano Roosevelt. Me temo que se puede parecer más a un perfil como Berlusconi o como Jesús Gil. Cierto es que en los EE.UU. existe un cierto control de su Presidente, algo mayor que en otros países, gracias a su sistema de "checks and balances" (poderes y contrapoderes de equilibrio) que permitió a esa nación permanecer durante muchos años con un sistema democrático más que decente (aunque ahora necesite una reparación a fondo del mismo y un síntoma de esa decadencia es que en las elecciones no vota ni el 50% del censo potencial). Esos mecanismos de control, al menos en teoría, deberían limitar los desmanes que pueda querer cometer su nuevo Comandante en Jefe.

Mi temor es, sin embargo, que lo poco bueno que tiene su programa, fundamentalmente en materia económica y en su deseo de alcanzar un acuerdo con Rusia, sea precisamente la parte boicoteada por el establishment, mientras que las verdaderas burradas que propone (odio al inmigrante, descontrol de armas, destrucción del sistema sanitario público del obamacare) sean las cuestiones que siguen adelante. No, no soy muy optimista.

Pero la gran pregunta es, ¿cómo puede un tipo que ha realizado esa campaña electoral que rechina en cualquier mente que se considere racional haber llegado a ganar las elecciones presidenciales del país más poderoso de la Tierra? La respuesta no es sencilla de explicar, pero para mí es absolutamente meridiana, vista la evolución de la forma de pensar de su electorado. Intentaré explicarme.

Bien, desde el final de la Guerra Mundial hasta el comienzo de los años 70 una enorme mayoría social creía en el Sistema de Economía Social de Mercado (o Estado de Bienestar, o estado más o menos socialdemócrata, con un sistema de protección social y un sistema fiscal de una cierta redistribución de la renta). Este sistema era defendido (o al menos no era formalmente criticado ni atacado) tanto por los partidos y los gobiernos socialdemócratas como por los partidos y gobiernos democristianos y conservadores. El sistema se quiebra con la llegada, tras la crisis del petróleo que comienza en 1973, de la consiguiente Revolución Conservadora de la escuela de Milton Friedman. Sobre ésta el lector puede encontrar mucha documentación, incluyendo el popular documental "La doctrina del Shock", de Naomi Klein.

Hay una parte de la Revolución Conservadora que es sensata, al menos la que aplican en sus estadios iniciales. Había aspectos del sistema de los años setenta que requerían reformas. Creo que no están del todo desencaminados con la excesiva funcionarización de la economía y de las empresas públicas. Había que introducir criterios de competencia y en ciertos aspectos tenían razón. Pero el problema apareció cuando los neoliberales tomaron el control del sistema en su conjunto. 

La verdadera ofensiva conservadora se produce cuando toma el control de los medios de comunicación, de manera que deja de ser tan necesario aplicar dicha doctrina del shock. Comienza a ser suficiente con adoctrinar a las masas. Y así, en primer lugar se trata de intentar meter en la cabeza de las personas ideas muy simples (ideas-fuerza), fáciles de transmitir por los medios (casi son eslóganes), que así logran una gran penetración, y que hagan reaccionar a las personas de manera irracional. Y así en el debate político aparecen los nacionalismos, los odios a los inimigrantes, y en especial a los musulmanes, los odios entre patrias (Cataluña versus España, los pollinos contra los astados). También aparece una simplificación infantiloide de los problemas y, sobre todo, de sus soluciones (que lo privado es siempre mejor que lo público, que las subvenciones y ayudas a la gente desfavorecida crea vagos, que los inmigrantes abusan de la sanidad pública o del paro, que el subsidio de paro es negativo porque crea abusos y perezosos, que los sindicatos son perjudiciales porque se enseña una foto de sus líderes comiendo langostinos...). Estas ideas se expanden sin oposición, pues previamente se ha producido una impresionante concentración de medios de comunicación, que acaban todos en manos de los que manejan el sistema. Y cuando esos medios de comunicación se expanden (licencias de radio y televisión) van a manos de empresas todavía más neoliberales, cuando no filofascistas. Esas ideas provocan que los partidos que se autodenominan de centroderecha incrementen su base electoral y tomen el poder. Desde los años noventa se produce una hegemonía, cada vez más clara, de los partidos de derecha. La coyuntura ayuda, con la caída de los regímenes comunistas.

También es destacable que se produce una limpieza en los partidos socialdemócratas (y socialistas) y de elementos izquierdosos, como sindicatos y otras organizaciones de izquierda (se llegan a realizar infames campañas contra las gentes del cine). Los elementos más izquierdistas se van eliminando de la vida política. Es una hipótesis plausible afirmar que en ocasiones se llegó hasta el asesinato, como en los casos de Olof Palme o Isaac Rabin (en este caso no sé si por izquierdista o por pacifista). En la mayor parte de los casos bastó con el soborno y la depuración. El conformismo de otros hizo el resto: Se formó la "casta" de los partidos más a la izquierda, como la ha definido Juan Carlos Monedero, es decir, aquéllos que se limitaron a hacer de la política un modus vivendi, renunciando a la voluntad real de victoria. Con el desplazamiento de los partidos de izquierda hacia la derecha (hablamos de temas económicos), los de derecha se radicalizan todavía más. Todo el eje se desplaza a medida que el pensamiento dominante (el pensamiento único) va, lentamente, batalla a batalla, modelando las mentes.

¿Respondió esto a un plan preconcebido? En parte sí, y no hay más que recordar la creación de los think thanks de derecha, tipo la fundación FAES (curioso que su acrónimo coincida con el de Falange Española) o la existencia del Club Bilderberg, a cuyas reuniones es muy asiduo Juan Luis Cebrián. Pero en parte las nuevas ideas se fueron incorporando a medida que se desencadenaron.

Entre el control de los medios de comunicación y el control de los principales partidos, la izquierda real pasó a ser una panda de proscritos con poco apoyo de la población, la cual estaba entretenida en otras batallitas. Entre ellas es interesante citar las referentes a la igualdad de la mujer y los derechos de los homosexuales. Que no se me confunda, porque no estoy en contra ni de la igualdad de la mujer ni de los homosexuales. Estoy diciendo que esas luchas han sido utilizadas por los partidos socialdemócratas para "parecer de izquierdas", al tiempo que estaban aplicando políticas económicas (privatizaciones, sobre todo) y fiscales completamente regresivas (bajadas y deducciones en el impuesto de la renta y de sociedades, aumento de impuestos indirectos, incluyendo tasas, etc.).

Cuando fallaba el Plan A (partido de derechas en el poder) aparecía el Plan B (partido socialdemócrata domesticado). Así, además, parecía que había alternativa a unas políticas. Pero había gente que empezaba a notar que su vida no mejoraba gran cosa, cuando no era que iba a peor. Y ello a pesar de que en las noticias económicas se resaltaban los éxitos de las derechas y los fracasos de las izquierdas (cuando sucedía lo contrario, se ocultaba). También se procuraba que gobernaran las "izquierdas" en los periodos de mayor crisis. Si esa gente estaba ya en poder de los medios de comunicación de la derecha había que incrementar la dosis de odio, la dosis de histeria, de manera que no volviera a caer en el discurso de la izquierda. Por ello esa gente recaló en el discurso de la extrema derecha. Los Jiménez Losantos y compañía, aquí en España, o la Fox News en los EE.UU., o el Bild en Alemania, entre muchos otros casos, son claros ejemplos de esa deriva. Se ha creado un verdadero ejército de fieles incondicionales, con métodos de manipulación en los que se incluye la utilización de las mentiras más gruesas que el receptor no es capaz de discernir, porque se le ha creado una adicción a esos medios de comunicación. Todos los días se les presenta una nueva batalla en la que hay que ganar a los que se presentan como "los malvados" (no hay grises, sólo existen "los buenos" y "los malos").

Es evidente que el sistema prefiere a Trump, Farage o Le Pen que a Sanders, Corbyn, Varoufakis o Iglesias.

Hay que añadir que la idiotización de la sociedad también ha sido un arma poderosa. Las mamachicho, los Tómbola, Gran Hermano, Islas de Famosos y demás bazofia televisiva (impensable una década antes), las películas de Hollywood, que en las últimas décadas son todas de pura evasión y sin conexión alguna con problemas reales o con denuncias sociales; la música de los ochenta y el "Yo no me puedo levantar"; el fashion frente a las canciones reivindicativas de las décadas anteriores.

Para dar impresión de izquierdismo, de pluralidad, en los medios se puede hablar bien de personajes históricos, como La Pasionaria, Mahatma Gandhi o Mohamed Alí  (el boxeador Cassius Clay). Se organizan homenajes a Martin Luther King o a Nelson Mandela, o los héroes de la Resistencia Francesa, pero se margina, se persigue y criminaliza a los activistas sociales actuales, que en su inmensa mayoría son mucho más moderados que aquéllos.

Y así, andando y andando por esa senda, se llega a que triunfe Donald Trump. Y llegaremos a sorpresas todavía peores que nos puede deparar el futuro.

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