martes, 21 de junio de 2011

El tratamiento del movimiento del 15-M en los medios.

Hasta ahora me ha ocurrido que, mientras estoy escribiendo una entrada en el blog, ya tengo en la cabeza cuál sería el siguiente tema. La semana pasada no pensaba hablar del asunto que da título a este artículo. Y sin embargo, la actualidad manda y me parece muy conveniente reflexionar sobre cuál es la actitud de los medios de comunicación respecto del movimiento 15-M. Cuando hablo de medios de comunicación quiero referirme a lo que mi admirado maestro Vicenç Navarro (no os perdáis su blog) denomina los "medios de comunicación convencionales", que son los que tienen  las máximas audiencias, por contraposición a los innumerables blogs y páginas web absolutamente libres que existen en internet.

Partamos de la premisa, aportada por estos mismos medios y que partían de resultados de encuestas, de que el 15-M despertó una enorme simpatía en la sociedad española. En otros países también ha causado un gran impacto. Parece, sin embargo, que sólo en los países que más sufren los recortes, como es el caso de Grecia, este movimiento ha tenido una capacidad de movilización similar a la de aquí. Tampoco la situación política y mediática de España es extrapolable a otros países.

Consideremos también la premisa irrefutable de que prácticamente todos los grupos de comunicación españoles están en manos de grandes corporaciones, españolas y extranjeras. Y de esto no se salvan los medios que se consideran "de izquierdas". Primera conclusión: debemos desconfiar de "todos" los medios. Debemos de contrastar las noticias que nos dan, incluso "los nuestros", con otras fuentes de información alternativas. "Los nuestros" son los más peligrosos, porque nosotros somos su público a convencer, la "segmentación de mercado" en lenguaje de márketing. Y, como activistas de la Nueva Democracia, debemos particpar en expandir el desprestigio de estos medios diciéndoselo a nuestros amigos y familiares, para que esta cadena acabe de hundirlos.

Como anécdota os comento que mis primeras sospechas sobre los "intereses" de los medios se produjeron hace ya muchos años y en noticias internacionales, concretamente con el triunfo del GIA en las elecciones de Argelia y con el golpe fallido contra Chaves en Venezuela. Me llamó poderosamente la atención que "mis" medios no respetaran la democracia, aunque las opciones elegidas por las poblaciones no fueran las que más nos agradaran. Y, sin embargo, en Israel siempre había que respetar que gobernaran partidos de extrema derecha, porque era un país "democrático".

Cierro este pequeño paréntesis para centrarme en el tema de los medios y el 15-M. Es evidente que todos los medios convencionales, al igual que muchos políticos, pues no son sino la otra cara de la misma moneda, han quedado descolocados y por ello se les ha visto el plumero desde los primeros instantes. Algunos patinazos fueron memorables. Pero, pasado el desconcierto inicial, hemos ido viendo básicamente dos líneas principales de tratamiento:

La línea más clara es la de la "derecha extrema". Estos medios son una verdadera bazofia. No informan, deforman. Y peor aún, si los hechos no concuerdan con sus fines, "inventan" una realidad paralela, mintiendo con todo el descaro. Tienen a sus lectores muy "educados" a tragar lo que les echen, por lo que no les es difícil lanzarse de una argumentación a su contraria, y lo pueden hacer sin red. Y es que, curiosamente, el desprestigio de los políticos es un argumento que ha sido promovido por la derecha, porque le ha interesado electoralmente. Este argumento desincentiva de votar mucho más a los de izquierdas que a los de derechas. Ahora ven, con razón, que el argumento se les vuelve en contra, si no en el corto plazo, sí a medio o largo plazo. No hace falta que comentemos cómo ha tratado al movimiento 15-M, porque todos lo conocemos de sobra. En fin, la mayoría der los seguidores de tales medios necesitan una cura de desprogramación, como a los miembros de una secta siniestra, pues como tal han sido conducidos.

Los medios restantes han seguido una línea más sutil de desprestigio, si bien con diversos matices entre ellos, dando más o menos coba al movimiento, en función del porcentaje de lectores (o televidentes) implicados en el mismo. En esta labor han contado con la colaboración de los políticos y, pudiera ser, de algunos miembros de la policía, aunque de esto último sólo hay indicios.

El gran momento de gloria de los "indignados" había sucedido con el desalojo de la Plaça de Catalunya, para su "limpieza". El tratamiento de los sucesos de Barcelona delante de les Corts fue su revancha. No hay duda de que esa manifestación fue un grave errror cometido por el mivimiento 15-M, pero si no hubiera sido por esto, se hubiera buscado otra excusa. Vaya por delante que no apoyo la actitud violenta de parte de los manifestantes. Pero si de verdad los manifestantes hubieran querido impedir el paso de los diputados a Corts, ¿habrían podido llegar todos al pleno? Si los manifestantes hubieran sido de verdad mayoritariamente violentos, ¿no habría habido algun diputado que hubiera recibido algún golpe? Comparemos dicha manifestación con una manifestación realmente violenta. No hace falta ir muy lejos en el tiempo, hubo algunas esos días, en Atenas, en Chile o en Vancouver, y no hay comparación. En los medios se exageró hasta lo indecible, comparándolos con la "kale borroka" e incluso con el golpe de Tejero. Algo similar ocurrió con la detención, sospechosamente coincidente en el tiempo, de tres miembros de "Anonymous", que, según creo, tienen algo que ver en la gestación del movimiento del 15-M. Entiendo que se les pueda tratar como delincuentes, si lo que hacen está considerado como delito, pero ¿"ciberterroristas" (esta ha sido la palabra empleada)? Se ha afirmado que la OTAN los tenía fichados de manera similar a como tiene a Al Qaeda. ¿Alguien piensa que son delitos comparables? Very strong, ¿no?

A pesar de que el tratamiento de los sucesos de Barcelona ha conseguido debilitar los apoyos sociales del 15-M, el grado de simpatía siguió siendo alto entre la población. Este pasado sábado los mmedios "de izquierdas" daban coba al movimiento (orden de dirección: no podemos perder a nuestros lectores potenciales) y algunos medios impresos de derecha moderada también traían artículos favorables al movimiento. Y algún político del PP intentaba atraer la simpatía de los favorables al 15-M. No puede haber otra razón sino que tienen constancia de que hay también peperos en dicho movimiento.

¿Y después de la manifestación del día 19? Todos, incluso los de izquierda, se han quedao con las cifras más bajas de asistencia. Bueno, los de CANAL 9, maestros de la manipulación hasta la náusea (a los que así actúan, ¿se les puede llamar demócratas?) hablaron de "cientos de personas" (un cálculo neutral no bajará nunca de 25.000 personas) y no ofrecieron imagen alguna de la manifestación de Valencia (entrevistaron a 3 manifestantes, pero separados de la manifestación). ¡Increíble, pero cierto! El lunes, en la edición digital del LEVANTE-EMV una foto de la manifestación...sí, sí... pero, ¡de su cola!. Se ven los últimos manifestantes y el resto de la calle vacía: la impresión que dan es que son sólo unos pocos. ¿Qué podemos esperar de estos medios? Espero que, estos días, hayan cavado su propia tumba.

He puesto estos ejemplos, pero los hay más, antes y después del 19 de junio. J.R. Lucas, de RNE, al que tenía en alta consideración, y Vicente Vallés de Canal 24 h, otro periodista que parecía moderado, realizaron sendos ataques más que encarnizados contra los indignados en sus respectivos programas ... Y como ellos, ¡tantos otros!

¡Ponlos tú también en evidencia! ¡Ayúdanos a enterrarlos!

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