sábado, 25 de junio de 2011

Una oferta de pacto a los poderosos

Me ha llamado la atención unas declaraciones de un gran empresario, en las que decía que ciertos movimientos se sabe bien cómo comienzan, pero no cómo acaban. Y que nos acordáramos de los años cuarenta, aunque quizás se quería referir a los treinta.

A este señor, y a todos los de su estatus, les debemos señalar que recapaciten, que las condiciones ya no son las de hace apenas un año. Que hemos descubierto el engaño en el que nos han tenido los últimos veinticinco o treinta años, y que no estamos dispuestos a seguir igual. De momento el movimiento 15-M no está pidiendo, salvo alguna minoría, ninguna revolución anarquista o bolchevique. Tan sólo se pide un reparto más equitativo de las cargas de la crisis, algún tipo de castigo para los máximos responsables de la misma (¡qué curioso que el único que ha sido encarcelado de manera fulminante, el Sr Madoff, tuvo la desfatachez de estafar a los ricos!) y algunos cambios en el sistema para que, en adelante, las cosas no vuelvan a ir por los mismos derroteros que antes.

Cedan algo, aunque sea sólo por su propio interés egoísta. Miren, aunque a corto plazo ustedes, los poderosos, pueden salir beneficiados si las cosas siguen como están, juzguen si a la larga no hay un elevado riesgo de que no sea así. No sólo las posturas pueden radicalizarse, con lo que la situación social puede devenir explosiva, sino que, aunque consiguieran controlar el malestar social, nos íbamos a dirigir a una sociedad mucho más estancada. Una sociedad con un alto porcentaje de excluidos es una sociedad que desperdicia sus esfuerzos. Si no hay consumidores, no hay productores. Las clases sociales serían más compartimentos estancos, pero también habría menos espacio arriba. Muchos de ustedes correrían el riesgo de pasar al escalón de "los de abajo".

¿No creen que es preferible ceder algo en pos del bien común? ¿No se dan cuenta que los que no tienen nada que perder pueden arriesgarlo todo? Si su respuesta es pasiva (nos hacemos los locos) o negativa (violenta), podría ser que el movimiento 15-M, y aún peor, la enorme cantidad de gente que lo apoya, ya no fuera tan civilizado.

 Creo que la ciencia económica "correcta a largo plazo" deriva de aplicar el sentido común. Yo no estoy en contra del "pacto del euro" si lo de lo que se trata es de mantener un rigor en las cuentas públicas. para mí no existe la alternativa keynesiana porque estamos en unas sociedades que han alcanzado (o superado) el límite del endeudamiento sensato. Pero tampoco hay margen de recaudación y sacrificios en las clases populares. Estas recetas sólo causan mayor contracción del consumo alimentando una espiral diabólica de menores ingresos, luego más sacrificios, luego menos ingresos...La solución pasa por detraer recursos de quienes los tienen de sobra. No deberían de preocuparse demasiado, no pido variar su posición en la escala social, tan sólo quiero que ésta no esté tan estirada, que las distancias se cntraigan un poco. Con ello reactivaríamos el consumo y, con suerte, comenzaríamos a mejorar.

El Coronel Dax y muchos más quedamos a la espera de su respuesta, señores. No la demoren.

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