domingo, 20 de noviembre de 2011

Paz y amor, hermano

Me reprocho que uno de mis mayores defectos personales es que soy demasiado pacífico. Me viene de la infancia. Todavía recuerdo a mi madre calificándome como manso. Prefiero la tranquilidad al conflicto. Procuro analizar las razones de mi oponente, al que muchas veces justifico para mis adentros.

Una de las características distintivas de los movimientos de indignados en casi todo el mundo occidental es su carácter pacífico. Es uno de sus grandes aciertos: las imágenes de su resistencia pasiva frente a los excesos de la policía han ganado la batalla de las simpatías de la gente. ¿Cuánto tiempo durará esto así?

Desde hace un par de décadas se nos ha inculcado el pensamiento pacifista. Casi todos hemos asumido que la violencia en política no es lícita. Esta postura comenzó siendo contestataria: "Haz el amor, no la guerra" fue el lema contra la guerra del Vietnam. Pero después ha sido promocionada por el establishment. En España la postura del Estado en la lucha contra ETA definió esta posición como la más convincente, con gran acierto. Todos reconocemos el mérito de Gandhi o de Luther King. Las virtudes de la no-violencia nos parecen indudables.

¿Y qué es la violencia? Es magistral el análisis de la misma que realizó Kubrick en "La Naranja Mecánica". En esta película creo que comienza un giro en su trayectoria como cineasta. Busca - ¡y consigue!- reflejar las leyes del mundo con toda su crudeza, sin opiniones morales. Esto sucede en este film, como en "Barry Lyndon" y en "La Chaqueta Metálica", en contraposición con los films anteriores donde el director toma partido por la actitud correcta moralmente: "Senderos de Gloria", "Espartaco" o "Teléfono Rojo".

Es evidente que convivimos con la violencia. Y que la consideramos "justa" en multitud de situaciones. Analicemos algunas situaciones que creo que no admiten discusión. Si una banda de violentos y peligrosos atracadores se dedica a atemorizar nuestro vecindario consideraremos "justo" que la policía los detenga, actuando con una violencia proporcionada. A la policía le entregamos medios para usar la violencia en caso necesario. Si unos desalmados atacan a tu hija consideras legítimo usar la violencia contra ellos. En todos los casos anteriores se trata de violencia defensiva, esto es, surgida como respuesta contra una violencia previa, pero justificaríamos también la violencia si alguien, en un descuido nuestro nos intentara robar nuestra bici, aunque él no hubiera usado la violencia.

En la política justificaríamos también la violencia en algunas situaciones. En una invasión como la napoleónica, por ejemplo. O frente a las agresiones de Hitler, incluso si éstas eran contra otros países distintos del nuestro.

La situación actual se está acercando a provocar estallidos de violencia. La violencia se genera cuando a la gente se le pone en un callejón sin salida. Ahora mismo comienza a haber gente en esa situación. Se les está empujando hacia salidas violentas, pero ¿acaso no es violencia dejar a una familia sin medios de subsistencia? ¿O que los jóvenes tengan que permanecer en casa de sus padres porque no tienen ninguna opción de independizarse?

La política tiene que tener por prioridad la posibilidad de un trabajo digno por un sueldo digno. Esto ha de estar por encima de otros temas. Que no me hablen de justicia, de razones, de patriotismo o de valores si la afirmación anterior no se comparte. Cuando veo que la prima de riesgo de los países PIGS (y ahora incluso los menos PIGS) se dispara me digo que cuánta gente con dinero ocioso hay por el mundo. Por si no lo sabéis eso sucede porque algunos patriotas venden bonos españoles para comprar bonos alemanes: Si el euro se desmenuza la moneda alemana subirá su cotización. Ese dinero que hay "de sobra"  debería ser confiscado, quiero decir, debería ser frito a impuestos. Sus propietarios no pasan estrecheces. Y debería dedicarse a incrementar los puestos de trabajo. Además se incrementaría el consumo, lo que mejoraría la economía.

No tengáis duda de que el sistema utilizará la violencia sin contemplaciones si se ve amenazado. De momento no la necesita. le basta con llamar piojosos a los indignados y en no dar altavoz a sus propuestas. De todas formas no los ven peligrosos a corto término, pues son pacíficos y benefician la formación de gobiernos de derecha, pues se posicionan contra la "izquierda" domesticada. Es evidente, sin embargo, que pueden ser dañinos a medio plazo, porque crean un estado de opinión que va calando en la población (somos el 99%). Las gentes de derechas, que en buena parte se mostraron favorables a este movimiento ya han sido aleccionadas de que indignado, caca.

La situación es diferente en cada país. En Grecia la población está cerca de la revuelta. En Portugal y España, quizás en Irlanda e Israel, y en menor medida en Italia la población comienza a estar muy cabreada. En Reino Unido y EE.UU. hay comienzo de cabreo. En Francia no hay sensación de crisis grave, pero estimo que la situación no tardará en empeorar, al igual que en otros países como Bélgica. En Alemania la situación parece relativamente calmada a medio plazo. Pero la situación será explosiva en una mayoría de países en un par de años.

La persistencia en el tiempo de la falta de horizonte de la crisis fomentará las tentaciones de salidas violentas. Es posible que para entonces yo, que soy pacifista hasta la médula, lo justifique. Porque todos tenemos nuestro límite de aguantar las injusticias sin rebelarnos. Salvo los caraduras, of course.

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