miércoles, 7 de diciembre de 2011

La pérdida de valores.

El mundo evoluciona y por ello es algo común de todas las épocas que las personas al llegar a cierta edad nos vayamos quedando descolocadas porque la escala de valores morales ha cambiado sensiblemente. Puede que sea esto lo que me está sucediendo. Pero creo que solo lo es en parte. Y en todo caso tengo derecho a defender mis valores.

Hay que admitir que los valores morales de las sociedades evolucionan y que las personas a ciertas edades evolucionan ya poco mentalmente. Las gentes de las generaciones anteriores a la mía estaban educadas en unos respetos reverenciales a sus mayores (a los padres y abuelos, y en general a las personas de mayor edad) y a sus jefes. Se utilizaba mucho el "usted", en mucha mayor medida que el "tú". La relación era especialmente dura entre la autoridad y los subordinados. La sexualidad era percibida de manera muy diferente antes de la revolución sexual de los años sesenta. El rol de la mujer en la sociedad era también distinto del actual. Y es cierto que los cambio es que se produjeron en estos valores dejaron descolocados a muchas personas de edad madura.

¡Ojo!, hay gente que quiere que regresemos a esa irracional escala de valores. Para ellos, la pérdida de valores es la pérdida de "esos" valores. Os aconsejo que veáis la película "Los Santos Inocentes" (basada en la novela del mismo nombre), que refleja muy bien una realidad que existía en España no hace tantos años, para que sepáis a dónde os conducen en el fondo con ciertos mensajes.

Antes se sabía qué valores desaparecían, pero también qué valores los sustituían. En aquellos años se hablaba de libertades y derechos individuales. Se hablaba de justicia social incluyendo el derecho a la educación, a la sanidad, y a la vivienda, y a la redistribución de las rentas. Y también se valoraba la igualdad hombre-mujer, la no discriminación por razas o religiones, se producía el proceso de descolonización de los países de África y Asia, se protestaba contra las guerras.

No tengo claro cuáles son los valores que ahora resurgen, salvo que llamemos valores a ideas absolutamente reaccionarias. Y no sólo me refiero a las ideas extremas que he mencionado un par de párrafos antes. Ideas reaccionarias son las que nos alejan del concepto de "civilización", idea opuesta a la "barbarie". Creo que todos estaremos de acuerdo en considerar algunas épocas de la Humanidad como positivas, y otras como verdaderos pasos hacia atrás. Aunque lo que a continuación relato es una simplificación muy burda, creo que deja claro lo que quiero expresar.

Las civilizaciones griega y romana, con sus luces y sombras, significaron un paso adelante, con el nacimiento de los conceptos de la Democracia y del Derecho. Posiblemente fueron degenerando y la Humanidad retrocedió a un periodo oscuro, llamado Edad Media, con escasos avances en el progreso social y científico. El Renacimiento y el Siglo de las Luces volvieron a significar un impulso hacia la civilidad, con la culminación en la declaración de los Derechos del Hombre. El comienzo del siglo XX fue de nuevo una época de retroceso, con las dos grandes guerras y la aparición del nazismo y otras doctrinas similares. El comunismo se puede considerar en sus inicios como un paso adelante, con algunas ideas positivas como la de rechazar la explotación del hombre por el hombre, si bien degeneró pronto tanto en la URSS como en China, que fueron sus principales faros.

La segunda mitad del siglo XX se puede considerar como una de las épocas de mayor esplendor del género humano, al menos en una parte del mundo. Sin duda tuvo enormes sombras, pero avanzábamos hacia la extensión de la Democracia, de la consideración del hombre adulto como un ciudadano, del reconocimiento de los Derechos Humanos recogidos en le Declaración de la ONU. En promedio el mundo avanzaba, aunque existieran el Irán de Jomeini o el Chile de Pinochet o los Khemeres rojos en Camboya. Y la caída del Muro de Berlín significaba el fin del Equilibrio del Terror y parecía anunciar una nueva época aún más brillante.

Pero comenzaban a pudrirse los regímenes que habían estado en la punta de lanza de esos valores de civilidad, Europa, los EE.UU, el resto del mundo anglosajón, Israel y Japón, principalmente. El neoliberalismo, en economía, tuvo algunas razones que considero justificadas, pero sólo en sus manifestaciones más moderadas. Sus manifestaciones más extremas estuvieron personificadas en las figuras de Tatcher y Reagan y en el laboratorio que la Escuela de Chicago realizó con Chile, un país con cierto éxito económico, pero ensombrecido por unas diferencia sociales enormes.

Otro país interesante fue Israel, por sus implicaciones geopolíticas. Allí se produjo el asesinato de Isaac Rabin y a partir de ahí, triunfaron las ideas más intransigentes hacia el problema palestino. Pero además, internamente Israel era un país muy igualitario, y ahora es uno de los más injustos socialmente, donde ha aparecido recientemente un movimiento importante de "indignados".

Los medios de comunicación cayeron en manos de los poderosos en casi todo el mundo y dejaron de tener su función social de control al poder político, para pasar a ser el Poder con mayúsculas y a servir a los poderosos.

Cabe también mencionar la extensión del integrismo religioso. Es muy llamativo el de los países musulmanes debido al control de las mezquitas por los retrógrados iraníes y por los más retrógrados saudíes. Pero también se ha dado, aunque en menor medida, en los EE.UU. y en Europa, en este segundo caso con los Lefevristas, el Opus, los Kikos y Juan Pablo II. Y en Rusia, donde la Iglesia Ortodoxa vuelve a tener un gran poder. En España la Iglesia Católica, dominada en su cúpula por los elementos más reaccionarios, está recobrando mucho poder económico y mucha influencia en la educación y en los medios de comunicación.

Y todo ello nos ha traído hasta aquí. Nos ha traído hasta los resurgimientos de las derechas extremas en Europa y los EE.UU. En muchos países surgieron (o pasaron a tener protagonismo) partidos políticos que defendían la xenofobia directamente, como Italia, Países Bajos, Bélgica (separatismo lingüístico), países nórdicos, Suiza o Italia. En otros países se produjo la absorción de dichas ideas por los partidos de derecha tradicional, como en España y EE.UU. El pensamiento reaccionario ha contaminado incluso los valores de los partidos de centro-izquierda, que han perdido su brújula, han olvidado sus orígenes, y por ello están en franca decadencia.

Los medios de comunicación han impuesto a las poblaciones sus valores, o mejor, sus no-valores. La  afirmación de Goebbels de que una mentira repetida mil veces se convierte en un verdad está hoy en día más viva que nunca, porque nunca ha sido más veces llevada a la práctica. El fascismo se instala en nosotros por sensaciones que nos asustan y nos descolocan, y que nos hacen reaccionar a la defensiva de manera instintiva, primaria, sin reflexionar. Hay una famosa película-documental nazi que provoca el odio hacia los judíos comparándolos con ratas que se reproducen masivamente y que todo lo invaden. Esa imagen de las ratas que nos provoca repugnancia y pavor origina una reacción primaria de odio. Esa misma imagen circula por internet hoy en día, algunos la habréis visto. Pero los judíos se han transformado en los musulmanes.

¿Qué valores estamos defendiendo cuando Newt Gringich propone el trabajo infantil para las familias pobres? ¿Y cuando por razones de eficacia en la lucha contra el terror se justifica el emprisionamiento ilegal y la tortura?

Los desaguisados anteriores son de los republicanos en EE.UU., que han perdido casi todos los valores civilizados. Al igual que sus homólogos populares en España, aunque aún queden moderados en el PP, pues de una buena parte de ellos se pueden recoger anécdotas tan suculentas como las anteriores.

Pero la crisis se extiende al denominado "centroizquierda". Y así, aluciné con la reacción de Obama cuando mató a Ben Laden. Se puede entender la razón de estado, el crimen de estado. Desde el punto de vista de las consecuencias se puede llegar a la conclusión (estoy reflejando sólo una hipótesis) de que Ben Laden capturado vivo puede traer más muertes y sufrimientos que si se le mata. Pero hace 20 años no se alardeaba de ello. Al contrario, se ocultaba, pues la opinión pública consideraba que esa acción era vergonzante. Y eso era así porque el Estado era garante de ejemplaridad de los valores de nuestra civilización. Un crimen era un crimen. ¡Claro que existían las cloacas del Estado! Pero no estaban a la vista, salvo excepciones.

Hoy en día, leyendo declaraciones de los políticos en los medios, o las páginas de tribunales que afectan a la política, o los comentarios de los ciudadanos en los diarios digitales, en muy poco tiempo se puede recoger una buena cosecha de barbaridades. En muchos casos incluso se busca decir esas barbaridades para alcanzar notoriedad en los medios, pues si dices una sensatez no te harían caso.

También encontramos falta de valores en la desfachatez de los trabajos por los que fichan de algunos ex-presidentes de gobierno, entre los que destaco a Schroëder, que no tardó ni un día desde que dejó el gobierno alemán para fichar por Gazprom. Y nuestro Aznar, quien deshonra su título de ex-presidente del gobierno de mi país siendo consejero del grupo Murdoch. Debemos suponer que no estaba al tanto de los "métodos" de buscar las noticias de sus tabloides, pero una vez el escándalo sale a la luz, si fuera un hombre de honor como yo lo entiendo, debería haber renunciado a trabajar en esa empresa. Ya que no lo ha hecho, le considero desde entonces cómplice moral de las fechorías de ese grupo. Por mucho que los "peces gordos" de Murdoch salgan absueltos en los tribunales y sólo paguen penalmente los "pringaos". Claro que los dos ex-presidentes mencionados son unos santos frente al más grande, Don Silvio. Ánimo, que no tardaremos en tener líderes que superarán al Emperador Bokassa (los más mayores lo recordaréis, los más jóvenes lo buscáis en la Wikipedia).

Hay materia para una Enciclopedia. En Europa se está adoptando una política de austeridad suicida, que nos llevará a la ruina. Austeridad para algunos más que para otros, por supuesto. ¡Hay que cuadrar las cuentas!, esa es la consigna. Pero... si el veneno que ahora nos corroe nos lo inoculamos durante los años en los que las cuentas cuadraban. Pues no hay un debate público sobre la política económica, siendo que hay voces, muy autorizadas, que no están de acuerdo. En USA, por ejemplo, llevan una política distinta. Aunque sean ellos los equivocados, ¿no existen razones suficientes para discutir otras alternativas? ¿Qué pluralidad defienden? Insisto, una vez más, en que los medios de comunicación son uno de los cánceres de este sistema. Por principio no hay que creerles.

Y el PSOE que eche la culpa de sus resultados a la crisis. ¿Qué políticas redistributivas aplicó en los últimos años? ¿Cómo pudo cambiar la Constitución como lo hizo? ¿Y no cree que algún virus grave alberga en su esquema de valores cuando el Sr. Zapatero indulta el Sr. Sáez del Banco de Santander y no hay un clamor general de sus militantes y cuadros? Los que aún sean sensatos en ese partido disuélvanse y monten otro.

Voté a Esquerra Unida en las pasadas elecciones y, aunque sólo sea por los primeros gestos de sus diputados, creo que hice bien. Pero también tengo reproches para ellos. La noche de las elecciones Don Cayo Lara estaba muy contento con los resultados. Yo no. Había arrasado la derecha. E Izquierda Unida había obtenido unos resultados muy modestos, en una ocasión en la que debía haber sobrepasado al PSOE. Insisto en que no se pierda la brújula. En las elecciones no se trat de que mi partido gane poco más de un puñado de diputados, no. Es otra cosa. Y debemos trabajar por ello desde el primer día.

Este es el tiempo que nos ha tocado vivir. Consolémonos porque el problema de la pérdida de valores viene de lejos. O tempora, o mores.

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